martes, 9 de abril de 2013

POEMA

                             Foto:   Shane Brooks Salzwedel



Abrir los ojos
después de haber tenido un cierto sueño.
Despertar en un sitio extraño
donde la sombra abulta más que el cuerpo
pues el cuerpo es efímero y probable.

Abrir la transparencia de la mente
como quien abre un ventanal cerrado.
Así se airean los recuerdos,
incluso el renovado pensamiento.

Abrir la espita y esperar
a que la única gota caiga.
Beber de ella sabiendo que esa gota
es parte irrenunciable de una lluvia
que, a su vez, pertenece al sueño,
aquel del que creíamos ser
protagonistas únicos.
Dormirse con la sed colmada
por la gota.

Soñar
con una realidad que no es la nuestra.